jueves, 17 de mayo de 2012

Juan Martínez Villergas LV

     Lo que nos faltaba  ...  ¡hasta en el Reino Vegetal se reproducen los sentimientos humanos! 
     Hace unos días transcribíamos las alabanzas que, en una Oda, J.M. Villergas dedicaba a nuestras queridas patatas. Pues bien, las judías tienen sus celos y encontraron en AYGUALS DE IZCO la persona adecuada para realzar sus bondades ... e intentar quedar por encima de aquellas.



                                                                                                                                    A Don Juan Martínez Villergas

Nada más santo y justo
que despreciar las lides y bravatas
de héroes de ceño adusto;
pero es pésimo gusto
donde judías hay cantar patatas.
¡Y alzarlas a la cumbre
de las divinidades, tú que muerdes
a todos por costumbre!...
¿Cuándo has visto legumbre
que en prez exceda a las judías verdes?
¿En qué siglo, en qué días
la patata arrancó, pobre poeta,
su palma a las judías,
fritas, calientes, frías,
secas, ya sin disfraz, ya con caseta?
Cantas con elocuencia
de la patata vil la baratura,
sin mirar tu inocencia
que yo enlazo la esencia
de lo bueno y barato a la hermosura.
La patata remeda
del aguador el traje en lo pardusco,
mas para mí se queda
vestir lustrosa seda,
con que las flores del jardín ofusco.
 En sociedad con ellas
el rodrigón  se huelga en elevarme;
y al ver mis hojas bellas,
racimitos y estrellas,
ni el olmo se desdeña de abrazarme.
 Llena de poesía,
sonoramente a los oídos grata
suena la voz judía;
pero, ¿qué melodía
encierra el nombre rústico patata?
Como a deidad ilesa
a la patata rindes mil lisonjas,
porque dices no cesa
de socorrer la mesa
de empleados, de viudas y de monjas.
                                                             continuará...

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