viernes, 24 de enero de 2014

Juan Martínez Villergas LXX

     Aunque ya "he colgado" varias biografías de nuestro escritor,  os dejo esta que he encontrado en la red. La pongo por capítulos para que no se "atragante".
      Curioso el nuevo calificativo:   "Trotamundos Transatlántico"



ENTRE ESPAÑA Y LAS AMÉRICAS
EL LIBERALISMO Y EL COLONIALISMO:
EL CASO DEL TROTAMUNDOS TRANSATLÁNTICO
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS (1817-1894)
by Amy Wright 

     El español Juan Martínez Villergas es un periodista pionero del siglo diecinueve: funda múltiples periódicos en varios países de Europa y las Américas usando sus publicaciones para fomentar la crítica de la sociedad en ambas orillas del Atlántico. Sus repetidos viajes transatlánticos le otorgan un lugar especial para participar en unos delos debates nacionales e internacionales más candentes de la época. Esa experiencia vital de estar continuamente a caballo entre España y América Latina sirve hoy para destacar la relación a veces incómoda entre unos de los –ismos fundamentales del siglo diecinueve: liberalismo, republicanismo, nacionalismo y colonialismo. Lo que sobresale, en particular, es la marcada incongruencia entre su liberalismo radical durante las décadas de los años treinta y cuarenta y su oposición reaccionaria a la Independencia de Cuba de los años sesenta en adelante. El hecho de que le toque vivir y participar tan de cerca esas luchas permite subrayar las contradicciones que hay tanto entre el liberalismo y el colonialismo europeos como entre los diferentes episodios de una vida misma. En los veinte años entre su llegada a la capital (1834) como joven provinciano, y su primera emigración fuera de España (en 1852, a París), Martínez Villergas se establece en Madrid como un conocido defensor de las ideas liberales --también llamadas progresistas, exaltadas o republicanas-- dentro de un contexto político ferozmente polarizado no sólo por luchas más amplias entre tradición y progreso sino por fuertes divisiones entre los mismos liberales. Villergas se involucra personalmente en esas desde el momento en el que se alista en la Milicia Nacional en 1836 para combatir a los carlistas hasta su encarcelamiento por un libelo en el que Villergas compara desfavorablemente al líder del gobierno moderado, el General Narváez, con el  héroe del liberalismo español, Baldomero Espartero. Las actuaciones de Villergas en los sucesos claves de ese intervalo destacan su posición como una de las figuras más radicales entre su generación, hecho que le hace ganar un renombre en años posteriores como el “primer republicano” en el mundo periodístico y político de Madrid de las décadas de los años cuarenta y cincuenta.


      Varios son los biógrafos españoles que insisten en su pedigrí para la posición: su padre había perdido su vida y la estabilidad de la familia por sus asociaciones liberales durante las luchas por la Independencia, y los puntos sobresalientes de los años jóvenes del hijo refuerzan la naturaleza personal del compromiso que Villergas tenía con el liberalismo. Villergas va a la capital con dieciocho años para sacar partido de las nuevas oportunidades en el estudio y el trabajo generadas por la muerte reciente del déspota Fernando VII.

Ese fin a la Década Ominosa (1823-33) también genera una lucha empedernida entre los carlistas y los progresistas, y Villergas –por sus expresas convicciones y también por el dinero que tal participación garantizaba—es “uno de los primeros en alistarse”, según su biógrafo Gómez Villaboa, primero en el cuerpo voluntario de la Milicia Nacional, y después en los Cuerpos Francos, cuyo propósito es“ perseguir a los facciosos que diariamente realizaban correrías por la provincia de Madrid” (255-56).No es el único joven recién llegado a Madrid con ese perfil; forma parte de un grupo que va a nutrir al liberalismo y formar la base de una creciente clase media. Villergas y otros como su amigo y colaborador en futuros proyectos periodísticos, Benito Hortelano, llegan a la capital desde las provincias sin conexiones familiares olinaje social, de orígenes bastante humildes con una educación provinciana que se calificaría de básica.


     Sus biografías y orígenes sociales destacan a los jóvenes pertenecientes a ese grupo como las semillas de la nueva clase media urbana que iba a crecer en las ciudades capitalinas de Madrid y Barcelona durante los años venideros. Es un grupo demográfico que se alienta por las nuevas posibilidades de avanzar según el ideario liberal de líderes como Riego; tiene un interés personal en la creación de un nuevo orden social no basado en la aristocracia y en el que los recursos no estén reservados para un sector reducido de la sociedad. Pronto se ganan el nombre de “exaltados”, título que se asocia en esas décadas con el sentido de liberalismo y patriotismo integral que ya se esbozara en la etapa gaditana, y que incluye una concepción vagamente democrática de la Revolución liberal, una constante apelación al pueblo y, a partir de 1820, una identificación absoluta con la figura de Riego y todo aquello que representaba –heroísmo ,patriotismo, sacrificio personal. (Francisco Fuentes 303)Ya para 1836 la posibilidad de construir un nuevo país, de realizar la sociedad democrática que se había articulado en la Constitución de 1812, choca con esfuerzos reaccionarios, creando así una tarea urgente para esa generación cuyo futuro dependía del triunfo del liberalismo. Estos jóvenes urbanos aumentan las filas de las voluntarias fuerzas armadas que se creaban para combatir a los carlistas, y salen de la primera guerra en 1840 bien adoctrinados para seguir la lucha por las ideas que habían generado el conflicto. Vicente Barrantes, un escritor contemporáneo de Villergas, aduce otros orígenes del compromiso político de esa generación: Los doceañistas y revolucionarios del año 23, que se han apoderado de[Villergas] y otros muchachos por el estilo, salidos de dondequiera, educados de cualquier modo y que apenas estudian otros textos que El contrato social y el Diccionario Crítico , los empujan por las vías revolucionarias.… estos jóvenes á la moderna, aunque confuso y borroso, tienen un ideal político más propio de la leche que han mamado, ideal que se parece mucho á la república, cuyo nombre no se atrevían á pronunciar hasta que el año pasado [1848] la proclamó Francia. Desde entonces lo van deletreando y algo más. Los han enseñado los santones á combatirlo todo, y naturalezas rudas y primitivas, vehementes é imprevisoras, como las últimas clases del pueblo, de donde por lo general han salido, no saben abandonar la línea   recta, y aspiran á una revolución que por sus nuevas formas pueda reemplazar á todos los hombres y á todas las formas viejas.5 (59-60) Villergas elige el periodismo como lugar desde donde promover dicha revolución. Otros del grupo también entras las filas del liberalismo al comienzo de los años cuarenta; Villergas  empieza a trabajar en esa época con Benito Hortelano y el catalán Wenceslao Ayguals de Izco.


     Entre las filas de ese nuevo ejército de guerilleros-periodistas, Villergas sobresale por su radicalismo en el periodismo político madrileño, campo que sirve de vanguardia a la naciente democracia española. La participación de Villergas en varias actividades refuerza su posición como principal apoyo del progresismo en los años posteriores a la primera guerra carlista, en los que la división entre los liberales produce una crisis determinante de la dirección que el país va a seguir. Los sucesos de esos años entre 1839 y 1852 también determina la dirección de la vida de Villergas, quien rápidamente establece su fama deescrito popularcon un afán por la polémica. Con el ascenso al poder de los moderados liberales en 1842, encabezados por el poderoso General Narváez, Villergas emprende unas feroces batallas en contra de la censura.

      La prolífica colaboración de Villergas en la prensa española durante el período entre 1839 y 1852 se distingue por su compromiso con los ideales de una democracia federal, la soberanía popular y el republicanismo. El joven trabaja y funda múltiples periódicos en Madrid, y con la edad de veintitrés años forma parte de la junta directiva del recién creado partido republicano español. Dos de los periódicos en los que trabaja, El Huracán y El Regenerador, sirven como los principales órganos del republicanismo radical. Según un artículo de El Huracán (1840), este grupo se diferencia de los otros liberales por su preocupación por las cuestión social: “Hasta ahora ninguno de los partidos ha mirado mucho por el bien general, que es el bien del pueblo” . Son consistentes en Villergas en esos años el apoyo retórico...                                                             continuará

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