domingo, 18 de agosto de 2013

A modo de...

Recordatorio:



Don Gerardo Moraleja Pinilla

Era de elevada estatura, enjuto de carnes, de faz alargada y de penetrantes ojos zarcos que le centelleaban inteligentes. Nervioso y vivaz, hablaba a veces entrecortado, mas no porque la palabra le fuese indócil, sino porque se le despeñaba en torrentera, empujada por la fuerza de un temperamento vehemente”.
Mariano García Sánchez


Don Gerardo Moraleja Pinilla nace en Gomeznarro el 23 de abril de 1885 en el seno de una familia de labradores. Destaca en sus primeros estudios y, siguiendo el consejo de su maestro, sus padres deciden darle “estudios mayores” en el Seminario de Valladolid. Se ordena sacerdote en 1907, siendo su primer destino el de Coadjutor en Castrejón de Trabancos. Poco tiempo después es trasladado a Carpio con idénticas funciones.

En 1911 llega a Medina del Campo como Ecónomo de la Colegiata de San Antolín donde desarrolla una destacada y novedosa actividad pastoral y educativa que se valora mucho en el Arzobispado. Sin embargo, surge un primer enfrentamiento con el entonces Obispo auxiliar monseñor Segura que le cuesta un efímero traslado como beneficiado a la iglesia de Santa María de Alaejos, de donde vuelve nuevamente a la Colegiata de Medina en 1918. A los pocos meses de su regreso a nuestra villa funda un colegio de primera enseñanza en un caserón de la Plaza de Segovia donde, en poco tiempo, reúne un buen número de alumnos. Su labor docente es aún recordada por sus antiguos discípulos que destacan de él su infatigable constancia y su dedicación absoluta.

Don Gerardo compagina sus labores pastoral y docente con su pasión por la investigación histórica, dedicándose preferentemente a la historia local. Fruto de su trabajo en este campo es la publicación de dos obras: Medina del Campo. Plano explicativo de la población antigua y moderna… (Imp. de Francisco Román, 1931), guía monumental de la villa, felizmente reeditada por su Asociación de Antiguos Alumnos, y su póstuma Historia de Medina del Campo que, aunque publicada en 1971 por el tipógrafo medinense Manuel Mateo Fernández, salió a la luz primeramente en forma de cortas entregas periodísticas en el Diario Regional a lo largo del año 1957, a partir del 30 de marzo. El texto de esta última obra estaba ya redactado al principiar los años cuarenta y, de hecho, fue presentado y resultó ganador del "Premio Araoz", convocado en 1942. Su aportación histórica más notoria, por la trascendencia que supuso para la historia de España es, sin duda, la confirmación definitiva del lugar donde testó y murió la Reina Isabel la Católica: las Casas Reales de la Plaza Mayor y no el Castillo de la Mota como se creía hasta entonces. El hallazgo, ocurrido el 15 de agosto de 1942, fue publicado en primer término por Don Gerardo en Diario Regional pocos días después, haciéndose eco del mismo la Real Academia de la Historia de la mano del Académico Félix de Llanos y Torriglia. En prueba de reconocimiento a su labor, el Ayuntamiento de Medina del Campo le nombra por unanimidad “Cronista de la Villa” en la sesión del 30 de octubre de 1942.

De sus dotes como escritor decía Don Mariano García, su sucesor en la Crónica Oficial de la Villa: “de su pluma fluía una prosa modelo de perfección gramatical; prosa sencilla, elegante, sin el atavío de rebuscados pulimentos; prosa que llevaba en el ritmo la patente ilustre de su alcurnia latina”. Don Gerardo muere en su casa de la Plaza de Segovia el 27 de julio de 1948, al mediodía, rodeado de su familia y algunos de sus discípulos.

Antonio Sánchez del Barrio

No hay comentarios:

Publicar un comentario