... en el que el autor le da a nuestro pueblo el calificativo de caserío. Impresentable.
El ferrocarril
separa a Gomeznarro del curso indeciso del Zapardiel. A pesar de su
cercanía a la autovía, el caserío no oculta su derrota de “lugar muy menoscabado”, como
lo vieron los clásicos, después de haber sido escenario de las entrevistas de Juan II con la reina de Portugal,
tratando de poner paz entre sus hermanos el monarca de Navarra y el infante don
Enrique.
La iglesia, de ladrillo y tapial, está dedicada a San Nicolás de
Bari y tiene una torre que apenas remonta la alzada de sus naves.
Una placa
recuerda en el ayuntamiento al poeta festivo Juan Martínez Villergas, coetáneo
de Zorrilla, quien en versos jocosos hizo patria de Gomeznarro, ponderando la
costumbre de sus paisanos de ahogar las penas en vino blanco. Todo el éxito
que alcanzó Villergas con el ingenio de sus versos satíricos lo malogró en la
pretensión de hacerse novelista, un
género en el que no pasó de somnífero. Algunas casas de Gomeznarro se adornan con filigranas de ladrillos, sin
que falten en otras los paneles esgrafiados.
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