Pasadas
y disfrutadas las vacaciones veraniegas, conocidos los nuevos alumnos con los
que bregar durante el presente curso y programado éste según las nuevas
directrices, llega la hora de convocar la primera Tertulia en el lugar ya
habitual de La Casa del Arte en Simancas.
Fecha
en la que se lleva a cabo viernes 13 de Noviembre de 2015, día que, por desgracia, pasará a la historia
y no precisamente por nuestra tertulia. Vaya por delante nuestro dolor por las
víctimas de París.
El
número de asistentes similar a anteriores reuniones, doce con una proporción de
tres a uno a favor de las féminas: Ana,
Mª Luisa, Bernardo, Mª Victoria, Mariola, Mª José, Marian, Manuel, Amparo,
Paco, Rhut y Pedro. Se echaron en falta las ausencias, por otra parte,
justificadas.
Como
ya es costumbre, el chef nos adelanta el menú, en el que, dada la época, no
podían faltar unos riquísimos níscalos con patatas, (está bien el orden). De
segundo nos ofreció una riquísima corvina o un exquisito solomillo de ternera,
a la vuelta y vuelta o alguno con dos vueltas y dos vueltas. Finalizando con
los deliciosos y variados dulces. Todo ello regado con ¨caldos de la tierra¨".
Puesto el cuerpo a tono, se pasa al meollo de
la cuestión: comentar el libro "El hombre duplicado" de José
Saramago.
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Veníamos
de un libro muy asequible para el común de los mortales como es "Vita
brevis" de Jostein Gaarder , y se
presumía, a priori, que la presente sería un tanto "dura" y elevada,
por la fama que precede al autor.
José de Sousa Saramago (Azinhaga, Santarém,
Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Tías, Lanzarote, España, 18 de junio de 2010)
fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998
se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su
capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas
sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».
Si
consideramos las impresiones que previamente ha suscitado el libro, la verdad
es que no se corresponden con los resultados obtenidos en cuanto a la
valoración del libro en cuestión. El
moderador cede la palabra Rhut que fue
la inductora de esta lectura y, como es natural, destaca todas las bondades de la misma. Y
sin nombrar a nadie más hay que decir que esa fue la tónica general a la hora
de criticar el libro.
La
mayoría alaba el que para hacer referencia a situaciones cotidianas o nimias
utilice descripciones largas e incluya reflexiones oportunas sobre las mismas.
Y que esas descripciones larguísimas, sin signos de puntuación, están
perfectamente estructuradas, gramaticalmente hablando. Sin embargo para algún
otro se le hace cuesta arriba ese tipo de lectura.
El
tema principal de la novela es la identidad, la pregunta acerca de qué es aquello que nos define como
persona. El tratamiento literario que Saramago le da, hace que el lector se
plantee interrogantes sobre su yo. De los nueve libros comentados hasta la
fecha, ninguno como este ha influido tanto en el "yo" de algún lector, que ha llegado a
identificarse con el protagonista. Solamente por eso el libro se merece una
calificación superior.
Otros
temas destacados en la novela serían la amistad, el amor, la muerte, la razón,
la la soledad, la mentira, el engaño....
Se
le achaca a la obra que, sobre todo, en la primera mitad es muy lenta en su desarrollo, redundando
demasiado sobre los mismos hechos. Y en
la segunda mitad es como si se precipitaran , para llegar a un final que provoca muchos interrogantes.
También
se hace referencia a que al narrar las actuaciones de Tertuliano. M. A. parece que el narrador se convirtiera en
protagonista, dejándole en un segundo plano.
Algún
tertuliano destaca que en el tema principal de la identidad, solo refleja y se
centra el el aspecto físico, dejando a un lado el "yo".
Para
no alargarnos más y resumiendo, se puede decir que la proporción entre la
valoración positiva y la negativa ha sido de 5 a 1.
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Dijo
Ernesto Sábato (1911-2011) : Un buen
escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal
escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas.
Dijo
Miguel Delibes (1920-2010): Para escribir
un buen libro no considero imprescindible conocer París ni haber leído el
Quijote. Cervantes cuando lo escribió, aún no lo había leído.
Dijo
Santa Teresa (1515-1582): Lee y
conducirás, no leas y serás conducido.
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Para la próxima
Tertulia, por unanimidad, se ha elegido